No he llegado a los cuarenta no me he casado ni estoy calvo y sin embargo, estoy en crisis.
Algunos dirán "bueno, es generalizado". Sí, pero... ¿y a mí qué? La cuestión es que estoy jodido y la razón principal es que estoy en paro. ¡Cómo más de cinco millones de personas en este país! Para ser exactos, en el día que escribo esto, 5.273.600 parados en España. Vale, que sí, que somos muchos los jodidos pero insisto, ¿y qué? Es precisamente la falta de egoísmo inteligente lo que me ha llevado a esta situación, porque alcé la voz y di la cara por el "bien común" y las causas justas, ¿y qué pasó? Que a la puta calle...
Y ahora el bien común ni siquiera sabe que existo; no me entiendan mal, no me arrepiento ni es por haber perdido un trabajo en el que no creía ni me aportaba nada, sino la implacable frustración que produce saberse capacitado y de sobra preparado y no tener oportunidad de demostrarlo, porque cuando el ser humano no trabaja, sea cuál sea su fin, siente que no vale nada.
Dicha sensación es aún peor cuando acudes al servicio público de empleo:
- Uy, alguien con su perfil y experiencia aquí no va a encontrar trabajo.
- Oiga, pero, ¿no es esto el servicio de empleo?
- Sí, sí...
- Bueno, ¿y un trabajo de lo que sea?
- No, imposible, para eso... usted no da el perfil.

No hay comentarios:
Publicar un comentario