
Son tantos los caminos que no andamos que a veces me pregunto si en verdad no los recorreremos todos. Eso explicaría que el camino aparece sólo cuando se llega al final. Aunque no lo hace ante nuestros ojos sino a la espalda.
Cuatro mil metros de altura sin echar la vista atrás. Simien Mountain. Etiopía.
Caminar a favor y contra las montañas tiene un efecto hipnótico en la memoria del caminante. También es ascender y descender por la orografía de nuestro interior. El tiempo se dilata y en una semana de sesenta segundos te sientas sobre el tejado de África.
No hay comentarios:
Publicar un comentario