- Que mis hijas no tengan la vida que he tenido yo.
- Pero parece que te va bien. Vendes pescados muy grandes.
- Ahora sí, porque he aprendido a leer, sumar y restar. Antes sólo podía vender de poco en poco, porque no sabía cuánto me pagaban.
- ¿Tus hijas van a la escuela?
- Ahora sí porque vendo pescados más grandes.
- ¿Tu marido trabaja?
- ¡Mi marido! -se ríe- Me abandonó. Estoy sola con cinco hijos. Pero así estoy mejor. Antes vivíamos en una sola habitación, ahora he podido construir otra más y un baño.
- ¿Cómo lo has conseguido?
- Porque ya se sumar y vendo pescados más grandes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario