martes, 5 de octubre de 2010

El río de la vida

Navegando anchos ríos y
atravesando largos puentes,
así pasan los años,
así se llega al mar. 

Cuando no sepas dónde ir
hazte remolino.
Cuando tengas prisa por llegar
sé un torbellino.

Pero cuando vayas a desembocar
vete despacio, segundo a segundo,
latido a latido. 

Besa las piedras que arrastres contigo
porque en ellas están tus huellas
y mi camino. 

Tan antiguo y rodado como tú,
yo seré el canto que llegue contigo.
Una vez allí, saltaremos más allá. 

1 comentario:

noive dijo...

me encanta... increíble!