No he llegado a los cuarenta no me he casado ni estoy calvo y sin embargo, estoy en crisis.
Algunos dirán "bueno, es generalizado". Sí, pero... ¿y a mí qué? La cuestión es que estoy jodido y la razón principal es que estoy en paro. ¡Cómo más de cinco millones de personas en este país! Para ser exactos, en el día que escribo esto, 5.273.600 parados en España. Vale, que sí, que somos muchos los jodidos pero insisto, ¿y qué? Es precisamente la falta de egoísmo inteligente lo que me ha llevado a esta situación, porque alcé la voz y di la cara por el "bien común" y las causas justas, ¿y qué pasó? Que a la puta calle...
Y ahora el bien común ni siquiera sabe que existo; no me entiendan mal, no me arrepiento ni es por haber perdido un trabajo en el que no creía ni me aportaba nada, sino la implacable frustración que produce saberse capacitado y de sobra preparado y no tener oportunidad de demostrarlo, porque cuando el ser humano no trabaja, sea cuál sea su fin, siente que no vale nada.
Dicha sensación es aún peor cuando acudes al servicio público de empleo:
- Uy, alguien con su perfil y experiencia aquí no va a encontrar trabajo.
- Oiga, pero, ¿no es esto el servicio de empleo?
- Sí, sí...
- Bueno, ¿y un trabajo de lo que sea?
- No, imposible, para eso... usted no da el perfil.
Sesenta Segundos
"If you can fill the unforgiving minute with sixty seconds´worth of distance run, yours is the Earth and everything that´s in it (...)" Kipling
viernes, 27 de enero de 2012
jueves, 24 de marzo de 2011
CARTA A MIS MANOS

Mis queridas manos:
Porque también vosotras habéis dado una vuelta más alrededor del Sol, enhorabuena.
Supongo, imagino, recuerdo o deduzco, no lo sé, que en mis primeros meses de vida os percibía como indescifrables compañeras que improvisaban divertidas coreografías, que los dedos eran enigmáticos bailarines y que yo ansiaba participar en vuestras funciones.
Fuisteis el objeto favorito de mi contemplación, la fuente de mi conocimiento, el gimnasio donde mi imaginación se entrenaba. Aprovechabais cualquier rato de soledad para hacerme reír, hablábamos tanto que seguro que vosotras, durante alguno de aquellos ensayos generales, escuchasteis la primera palabra que pronuncié. Entendíais mi lenguaje, os saboreaba con mi boca desdentada, os adoraba, ¿lo recordáis?
Poco a poco me fui dando cuenta que tenía control sobre vosotras y así comenzamos a calibrar nuestra destreza. Fueron muchas las torpezas cometidas y por ende muchos los intentos. Imagino que la primera vez que quise llevaros a mi boca vosotras os empeñasteis en arañarme el ojo y que fue así como conocí la frustración. Pero me gustábais tanto que vuestros arañazos me enseñaron una muy útil lección, y es que la perseverancia obtiene dulces recompensas.
No nos hemos convertido en cirujanos ni finos orfebres, pero no pasa nada, no era ese el objetivo. Podemos decir que hemos acariciado la tierra, el agua, el aire y la piel, que hemos aprendido a sostener, contener y abrazar, que hemos jugado, hemos trabajado y hemos ayudado. Con eso basta.
Debéis comprender que los adultos no le hablan a sus manos y que por eso me distancié de vosotras. Os pido disculpas. Extremo de mis extremidades, olvidé vuestro lenguaje aunque de vez en cuando, aún os contemplo fascinado.
Y como hoy cumplimos años aprovecho para deciros que estoy muy orgulloso de vosotras, por preferir mostrar vuestra palma vacía antes que vuestro puño cerrado.
Gracias por cuidarme.
Santander, a 16 de febrero de 2011.
P.D.: Dicen que en todo par de manos hay una biografía. Nuestras emociones, pensamientos, actos y dudas quedan registrados en los pliegues de las manos al adoptar éstas, involuntariamente, una actitud equivalente.
viernes, 28 de enero de 2011
Mama África
Abrid vuestras puertas al inmigrante y preguntadle cómo se llama su madre, cuales son sus sueños, cómo era su casa. Entended que los seres humanos somos lo mismo en todas partes y que la amistad de aquél que depende de la amabilidad de un extraño es sin duda un inmejorable regalo. Observad las vidas de quienes habitan a nuestro lado y preguntaos cuál es la diferencia: ¿la piel?, ¿la ropa?, ¿las costumbres?
Somos hijos e hijas de una misma tierra, hermanos y hermanas de diferente color. Hablad con ellos, apretad sus manos, besad sus mejillas y os daréis cuenta que son humanos. Sólo hacen falta sesenta segundos para conocerlos, ¿a qué esperáis para intentarlo?
lunes, 10 de enero de 2011
AÑO NUEVO
Una mariposa aletea, parpadeo, vuelvo la cabeza y el río ya ha pasado. La nieve se ha hecho nube, la nube mar, el cielo se ha apagado, hablado y callado. Una hoja se desprende y baila mecida por el viento, Martina nace, Delibes muere... ¿acaso viven las palabras que no se escriben?
Veo en mi risa una arruga nueva y en el horizonte, las rasgadas velas de mis sueños aún preñadas por el viento. No hay tierra más firme que el asfalto y sin embargo, mis pies prefieren el barro. Qué vengan, qué vengan las piedras y los palos, las crecidas, las sequías, los chapuzones, el frío, la niebla y la tibieza, que venga lo que venga, que sea lo que sea, tengo sesenta segundos para atraparlo.
miércoles, 1 de diciembre de 2010
Los SMS del desierto
Estos montocitos de piedras son un sistema de comunicación entre miembros de una familia. Se localizan en distintos puntos estratégicos, resguardados del viento y ubicados en cruces de caminos invisibles para cualquier ojo que no haya nacido en el desierto. Cuando un miembro de la familia pasa, deja una piedra en el correspondiente montón, de ese modo si otro pasa, sabe cuantos se han ido en una dirección y cuantos en otra. Al volver recogen su piedra y así todos saben que está volviendo a casa. En la vida nómada del desierto es un sistema muy útil. Cada familia tiene varios campamentos y en cada clan hay diversas familias. Con estas pilas de piedras pueden saber cuántos hay en cada campamento y deducir quienes. Barato y eficaz.
viernes, 12 de noviembre de 2010
Vivir hasta el final o morir en el intento
Si miramos al adolescente que fuimos y tratamos de ridiculizar sus sueños y aspiraciones, si no tenemos nada que decirle o peor aún, si somos incapaces de encontrarle, entonces es que hemos fracasado como adultos.
Si comparamos las cumbres que quisimos alcanzar con las que realmente alcanzamos y nos damos cuenta que hemos perdido, no caigamos en la trampa de creer que las metas que nos pusimos estaban por encima de nuestro alcance porque eso es sólo una excusa. El adolescente que soñaba con el Everest estaba capacitado para coronarlo; nosotros no. Ya no. ¿No?
Es tramposo decir que antes teníamos toda la vida por delante. Ahora también la tenemos. Toda la vida que nos queda aguarda ante nosotros. Nunca es tarde para vivir. El problema, como dice Rafael Reig, es que nos agarramos a los campos de patatas, en lugar de seguir buscando los de amapolas blancas.
miércoles, 27 de octubre de 2010
En el mejor de los mundos
De vez en cuando me gusta pasar un rato con los callejeros del Retiro.
Ayer Quique y Jose, dos veteranos de la calle curtidos en mil plazas, estaban sentados en un banco, cerveza en mano.
Mientras Quique afina su guitarra, Jose comenta perdiendo su mirada entre los árboles de la plaza:
- ¿Sabéis cuál es el último descubrimiento de Isaac Asimov?
- No. ¿Cuál? -pregunta Quique sin dejar de ajustar las clavijas de la guitarra-.
- Pues ha demostrado que Dios no existe, que este planeta es fruto de la casualidad y que estamos solos en el universo.
- ¡Buá! Eso se veía venir.
Quique se arranca con Stairway to Heaven y Jose apura con media sonrisa su lata de cerveza.
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