lunes, 11 de octubre de 2010

Momentos in_voluntarios


Un fotógrafo nunca sale en las fotos. Excepto cuando la foto te la hace otra persona. La mirada de  los voluntarios siempre me ha servido para re-descubrir África. Pero además, algunos me han ayudado a verme a mí mismo a través de sus ojos.


Durante la visita a un colegio para supervisar la construcción de un tanque de almacenamiento de agua de lluvia, me pongo a charlar con este niño. Quiere probarse mis gafas de sol y se las dejo. Está muy simpático y pide una foto a gritos. Al arrodillarme me doy cuenta que en el reflejo se ve a alguno de los voluntarios que están detrás de mi y opto por un primer plano, para que se les vea bien. Hago la foto de arriba. No me quedo satisfecho, pero no hago más.


Resulta que al mismo tiempo Jesús -a quién se puede ver en el reflejo de las gafas, al fondo, apoyado contra el árbol-, está disparándome a mi y saca la foto de abajo. Me gusta mucho más que la mía y no porque salga yo, sino porque nuestras miradas confluyen. La mía, la suya y la del niño. Gracias, Jesús.


Sé que a veces los ojos sangran ante tanta miseria. Pero los compañeros y compañeras que han ido a Tanzania a colaborar voluntariamente han sido valientes y han mirado siempre de frente. Curaos los ojos, pero nunca borréis lo visto.

4 comentarios:

Jesús dijo...

Cuidaré de mis ojos. Ha sido mucho lo que miramos y lo que vimos como voluntarios en Tanzania, y sólo una parte ha quedado inmortalizado en nuestras cámaras. El resto se ha quedado en nuestros corazones, nuestras cabezas y en las retinas (algunas más resistentes que otras). Muchas gracias Roger por hacer posible que vieramos tantas cosas.

Anónimo dijo...

No se como he llegado a este blog, será fruto de la casualidad, pero un nombre me ha llamado la atención, Roger Calabuig, después de leer el texto he examinado la foto y aunque no podría reconocerlo al cien por cien, podría pensar que ese fotógrafo agachado delante de ese niño, es la misma persona que hace mas de quince años paseaba en bicicleta por un pueblo del Valle de Buelna.
Veo que sus viajes han cambiado desde entonces y al leer este texto me he sentido indirectamente orgullosa de la labor que está haciendo. Emy, quien fue su amiga adolescente de Corrales, hoy se ha acordado de Roger y aunque no nos veamos desde hace muchos años, esta morenita que poco ha cambiado desde que le conoció, le manda un cariñoso abrazo y le desea lo mejor.

RR dijo...

Vaya, Emy, qué grata sorpresa y qué coincidencia.

Curioso que hoy te hayas acordado de Roger, porque su abuelo acaba de morir, en ese pueblo del Valle de Buelna.

No sé por donde andas, yo estaré un temporada por la tierruca, seguro que nos veremos.

Roger

Anónimo dijo...

Lo primero, decirte que siento lo de tu abuelo y que supongo que las coincidencias existen, y por algo, no se por que, hoy me he topado con tu nombre, y esto me ha hecho pensar que a veces no tienes necesariamente que ver a alguien para sentir aprecio por el, los recuerdos son suficientes.
Recibe otro abrazo.